René Descartes
Nace en Francia en el seno de una familia burguesa, un 31 de marzo del año 1596, en La Haye, ciudad de Turena. Recibe una educación nobiliaria en los jesuitas de la La Flèche. Estudia Derecho y más tarde sirve en los ejércitos de Maurice de Nassau y de Maximiliano de Baviera.
Estudió física y matemáticas. Experimentó la duda, insoportable para sus profundas creencias religiosas. Elaboró su lógica y su física matemática. Se relaciona con la nobleza en los salones parisinos iniciándose un movimiento místico, el cartesianismo.
En 1625, publica las “Reglas para la dirección del espíritu” e inicia una nueva filosofía, que como dice Hegel, una filosofía que parte de la razón y no de la teología filosofante.
Al mismo tiempo abre las puertas a un verdadero humanismo.
En 1629 comienza a escribir sus Meditaciones, para entonces, vive en Holanda.
Este hombre grande entre los grandes, por su inteligencia y por su generosidad, vive una época de transición entre el Renacimiento y el Barroco, vive siguiendo el camino de la razón, como fuente principal de conocimientos y seguro criterio de verdad, sobre esto apoya su famoso Discurso del Método, publicado en 1637, comienzo de la filosofía estrictamente moderna.
Es el fin del dominio de siglos de las ideas de Aristóteles y de Santo Tomás.
Junto con Bacon son los dos pilares del pensamiento moderno, ambos critican al silogismo como culpable del atraso de la ciencia.
Instaura la “duda metódica”, inserto en ese mar de dudas, da con el principio absolutamente cierto e indudable que buscaba.
Es el famoso “pienso luego soy”, principio y a la vez punto de arranque de toda su filosofía.
La Iglesia lo combate, no puede utilizar su método para explicar ciertas partes del dogma.
Muere en 1650, tenía 53 años, víctima de una pulmonía, en Estocolmo, atraído por la generosa oferta de la reina Cristina de Suecia.
Hoy sus restos descansan en la iglesia de Saint Germain-des-Près.